El verano es una época maravillosa para disfrutar del aire libre, los paseos largos y los días soleados. Sin embargo, las altas temperaturas también representan un riesgo considerable para la salud de nuestros amigos peludos. Los perros no regulan la temperatura de la misma manera que los humanos; ellos sudan principalmente a través de las almohadillas de sus patas y regulan el calor mediante el jadeo. Por eso, es esencial tomar precauciones adicionales para mantenerlos frescos y seguros durante los meses más calurosos del año.
A continuación, te compartimos varios consejos útiles y prácticos para refrescar a tu perro durante el verano:
Parece obvio, pero nunca está de más insistir: tu perro debe tener siempre acceso a agua fresca y limpia. En los días calurosos, es buena idea cambiar el agua con más frecuencia y añadir algunos cubitos de hielo para mantenerla fresca por más tiempo. Si sales de paseo o de excursión, lleva una botella de agua y un recipiente portátil para que pueda hidratarse regularmente.
Durante el verano, es fundamental adaptar los horarios de paseo. Evita salir a caminar con tu perro entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde, que es cuando el sol está más fuerte y las temperaturas pueden ser peligrosamente altas. Opta por paseos temprano por la mañana o al atardecer, cuando el clima es más fresco y el asfalto no quema sus patas.
El suelo caliente puede causar quemaduras graves en las patas de tu perro. Para comprobar si el pavimento está demasiado caliente, puedes hacer la prueba del dorso de la mano: si no puedes aguantarla más de cinco segundos sobre el suelo, entonces está demasiado caliente para tu mascota. En esos casos, considera usar botines protectores o caminar sobre la hierba o a la sombra.
Ya sea en casa, en el jardín o en la playa, asegúrate de que tu perro siempre tenga acceso a una zona con sombra. Una sombrilla, una carpa o un árbol pueden ser grandes aliados. Recuerda que una caseta sin ventilación no es una buena opción, ya que puede acumular calor y resultar contraproducente.
Puedes preparar golosinas caseras congeladas con caldo sin sal, yogur natural sin azúcar, frutas aptas para perros (como manzana o sandía sin semillas). Estos snacks no solo son refrescantes, sino también una fuente divertida de entretenimiento.
Un pelaje enmarañado o sucio puede dificultar la correcta ventilación de la piel de tu perro. Cepillarlo con frecuencia, especialmente si tiene el pelo largo, ayuda a eliminar el pelo muerto y favorece la circulación de aire cerca de la piel. No es recomendable rapar a tu perro sin consultarlo con un veterinario, ya que su pelaje también lo protege del sol.
Este consejo es vital: nunca dejes a tu perro dentro del coche en verano, ni siquiera por unos minutos o con las ventanas entreabiertas. La temperatura dentro de un vehículo cerrado puede alcanzar niveles peligrosos en cuestión de minutos y provocar un golpe de calor, que puede ser letal.
En resumen, cuidar de tu perro en verano requiere un poco de atención y sentido común. Con estos consejos puedes asegurarte de que tu compañero peludo disfrute de los días soleados de forma segura y feliz. Porque el verano, con precaución, también puede ser su estación favorita.
